El dorado es el resultado de aplicar oro en la superficie de los objetos, edificios y estructuras arquitectónicas para que tengan un impacto positivo en la resistencia de dichos productos al mismo tiempo que adquieren una apariencia mucho más elegante.
El dorado al fuego es considerado la técnica más antigua de dorado. En la antigua Rusia este proceso se llamaba bronce dorado y fue ampliamente utilizado desde el siglo IX. Este método consistía en aplicar una aleación de oro y mercurio a temperaturas muy elevadas hasta que el mercurio se evaporaba.
Esta tecnología ha sido ampliamente utilizada en la arquitectura: las más famosas son las cúpulas de la Catedral de San Isaac (1838-1841) y la aguja de la catedral de San Petersburgo Petropavlovski las cuales se hicieron con el dorado del mercurio en 1735 y 1744.
También utilizamos esta técnica en la pintura de iconos en el metal. La puerta de oro de la Catedral de Suzdal es un monumento muy conocido que tiene una alta resistencia a la corrosión. El único inconveniente es la liberación de gases tóxicos. Durante la época de los dorados de las cúpulas de la Catedral de San Isaak unas 60 personas murieron por envenenamiento con mercurio. La técnica actual que se aplica más frecuentemente es el dorado galvánico que además ofrece una mejor recuperación del oro. En la actualidad se utilizan a veces los revestimientos de oro para aplicarlos en diferentes superficies. El Dorado como método tecnológico es ampliamente utilizado en joyería.